En ocasiones se hace referencia al lenguaje de las flores, en el que sus colores e incluso el tipo de flor permiten transmitir ‘mensajes’ a la persona a quien se le regalan. Es un lenguaje entre los humanos, en el que utilizamos a las plantas para transmitir emociones, sensaciones, estados de ánimo,… y si lo analizamos bien, estas plantas utilizadas para tal fin están de forma pasiva en la ‘ecuación’.
Sin embargo, las plantas también nos muestran ‘mensajes’ que ‘si sabemos leerlos’ nos ayudarán a cuidarlas mejor. Por eso, en esta ocasión nos centramos en otro aspecto del lenguaje de las plantas y además en concreto sobre la poinsettia (Euphorbia pulcherrima) con el objetivo de ser más exactos en su interpretación. Nos referimos por tanto al lenguaje de las hojas de poinsettia.
¿Qué nos dicen las hojas de la flor de Pascua?
En otro artículo ya tratamos los cuidados de la poinsettia y en cierta medida dábamos en él las claves para mantenerlas sanas y fuertes. Pero estos consejos no son matemáticos, ni siquiera se aplican bajo un guión, sino que debemos estar atentos a cómo vive nuestra poinsettia su día a día e interpretar cualquier síntoma que nos indique qué necesita de nuestros cuidados.
El color de las hojas varía notablemente entre variedades, de modo que un verde oscuro o suave en una poinsettia no tiene por qué ser un síntoma de problema si ese color en concreto corresponde al correcto de su variedad. Por lo tanto, lo primero es saber el color propio y característico de la variedad de poinsettia que hemos comprado o nos han regalado.
También debemos distinguir entre sus hojas y sus brácteas. Cuando hablamos de hojas de poinsettia nos referimos a sus verdaderas hojas y no las que rodean a sus inflorescencias cuando florecen, siendo estas de color muy llamativo. El que los colores de estas… durante el período de floración sean los propios de la variedad, son un claro síntoma de que estamos ante una planta sana. Si por el contrario posee las puntas o bordes de las brácteas marrones o secos, es síntoma de estar expuesta en una corriente permanente de aire o que nos estamos pasando en el abonado, salinizando en exceso el sustrato.
Problemas más comunes en poinsettias
A continuación exponemos algunos de los problemas más comunes que se pueden dar en nuestras poinsettias una vez en casa. Es importante saber que siempre debemos actuar ante los primeros síntomas ya que si no lo hacemos, los daños pueden ser irreparables.
Hojas amarillas: un exceso de agua
Cuando comencemos a ver que las hojas verdes de la poinsettia adquieren una tonalidad amarilla y comienzan a colgar, nos está indicando que las raíces de la poinsettia están dañadas. La causa más común es un exceso de agua, recordemos que si bien estas plantas normalmente toleran un poco de sequedad, no soportan el exceso de agua. Para evitar este problema partiremos de cuidar su riego haciéndolo con moderación y evitar que se encharque el sustrato. Poner un plato debajo de la maceta no es una buena idea.
Como norma, podemos administrar una pequeña cantidad de agua a temperatura ambiente cada dos o tres días. Pero esta norma dependerá de factores como el tamaño de la planta, temperatura en la habitación y su ubicación. El mejor consejo para el riego de la poinsettia es hacerlo cuando el sustrato esté ligeramente seco y la planta no pese tanto al levantarla. Si nos hemos ‘pasado’ regando la dejaremos secar unos días, hasta que se haya recuperado.
Hojas verdes lacias: aire frío o corrientes de aire
A veces no nos damos cuenta pero colocamos la poinsettia en un lugar cerca de una puerta, ventana o simplemente ante la salida de aire de un calefactor. Estas situaciones suelen crear corrientes de aire constante que hacen que las hojas transpiren más de lo normal y por lo tanto adquieran un aspecto lacio e incluso las expulse la propia planta.
La poinsettia aunque es un amante del calor no tolera en absoluto las corrientes de aire. Una temperatura inferior a los 12°C es suficiente para que sufra daños permanentes.
La oscuridad también puede hacer que las hojas se caigan. Les encanta la luz y por eso es aconsejable que las coloques en un lugar cálido y soleado. En invierno, la luz solar directa no las dañará. Para no tener este problema debemos anticiparnos a él.
Hojas lacias: agua insuficiente
Siempre tenemos que estar pendientes de nuestras plantas. Ellas nos piden cosas con su lenguaje foliar y un claro ejemplo de ello es cuando comienzan a tener sed. En habitaciones con ambientes secos por la calefacción, temperaturas demasiado altas o luz solar intensa, debes regar las poinsettias con cuidado. Si no reciben suficiente agua, las hojas empezarán a ponerse lacias.
Si actuamos pronto, la planta se recuperará rápidamente nada más le demos un poco de agua. La forma más efectiva de hacerlo es que sumerjas las raíces en agua a temperatura ambiente, elimines luego el exceso de agua y vuelvas a colocar la planta en su maceta.
Manchas o puntas marrones
Este síntoma de manchas o puntas marrones en las hojas de la poinsettia tiene básicamente dos causas y totalmente extremas entre ellas: falta o exceso de nutrientes.
Lo normal es que sea por exceso de abonado. Hay personas que no son conscientes de la efectividad de un fertilizante y piensan que echando más de lo que recomienda el fabricante la planta vegetará mejor y en realidad sucede todo lo contrario. Por lo tanto, saber si el síntoma es por exceso o por falta de abono, lo sabremos por deducción si hemos o no abonado.
Cuando compramos una planta suele llevar un nivel de fertilización adecuado. Por tanto, no es necesario un aporte adicional durante las primeras semanas y sí comenzar los abonados a partir del mes y aplicados de forma regularmente… un poco de abono en cada riego. Más vale poca dosis y de forma continuada que mucha distanciada en el riego.
Pero ante todo un consejo: para disfrutar de tus poinsettias durante el mayor tiempo posible, es recomendable que las compres sanas y vigorosas, sabiendo que una vez en casa,… los cuidados son ya nuestra responsabilidad.
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